El Expreso: Reestructuración de la justicia
tiene 4 falencias
El Gobierno aún está en deuda con la
reestructuración de la justicia. Y la veeduría internacional que trabaja sobre
este proceso coincide en este punto.
En los tres informes preliminares,
ellos cuestionan algunos temas. Los más importantes: el desarrollo del concurso
de jueces y servidores judiciales, la capacitación y las condiciones en los
centros de rehabilitación social. El trabajo de la veeduría tiene casi un año
y, en muchos casos, sus recomendaciones no han sido acogidas.
El presidente del Colegio de Abogados
de Pichincha, José Alomía, dice que el balance de la Judicatura es más negativo
que positivo. "El CJT anda en dirección opuesta a las necesidades de la
sociedad y de los abogados".
Y pone un ejemplo: solo en Quito hay 40
sectores donde están regadas las dependencias judiciales. La dispersión, dice,
imposibilita el libre ejercicio profesional de los abogados, que tienen que
recorrer la ciudad, para la defensa de casos.
La veeduría no coincide con él. Ellos
resaltan la inversión realizada en infraestructura.
Critican, en cambio, los concursos en
sus tres informes. Entre las observaciones, están la falta de socialización de
procesos de evaluación, la poca experiencia en la formulación de las pruebas
psicológicas y en los evaluadores.
También, la revisión de las
calificaciones por parte de los postulantes para las impugnaciones y los
errores en la convocatoria inicial para el actual concurso de jueces y
notarios.
En este último, la veeduría asegura que
la convocatoria tuvo errores tipográficos y numéricos. "Ha sido común en
los últimos dos concursos denominados 101 y 313 Jueces. Lo que perjudica una
mejor participación de postulantes", señala el documento.
Otro de los cuestionamientos es la
formación de funcionarios en el sistema judicial: los veedores consideran que
los jueces no han tenido una preparación adecuada.
¿La sugerencia? La veeduría insiste en
que el proyecto de la Escuela de la Función Judicial debe implementarse con una
intensa capacitación. Para ello, manifiestan que se debe formar jueces y demás
servidores de la Función Judicial, promoviendo iniciativas conjuntas con otros
organismos similares a nivel mundial, que ayuden a cumplir dicha finalidad.
Sobre los centros de rehabilitación social, la veeduría insiste en la
adopción de medidas legales para los privados de libertad que tienen entre 18 y
22 años. La idea es que este grupo cumpla su condena en centros o pabellones
destinados solo para jóvenes, separados del resto de los privados de libertad.
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