Ecuador, atento a la crisis en EE.UU.

Hay una frase popular que señala que “cuando EE.UU. se resfría, el resto del mundo estornuda”. Tal como ocurrió a inicios del 2012, en este nuevo año el presidente demócrata de EE.UU., Barack Obama, ha tenido la dura tarea de convencer a sus opositores, los republicanos, de adoptar un paquete de medidas económicas para evitar el llamado “abismo fiscal”.

La madrugada del 1 de enero, EE.UU. y los mercados financieros respiraron aliviados por el acuerdo alcanzado entre ambos bandos en el Congreso, para la aplicación de una serie de subidas de impuestos a gran escala e importantes recortes en ayudas. Sin embargo, Obama alerta que, si bien el acuerdo evitó las consecuencias del “abismo” para la economía estadounidense y mundial, se trata solo de un aplazamiento, ya que la aprobación del recorte global del 10% en el gasto público se pospone por dos meses, cuando el Congreso debata nuevamente su pertinencia.

Los economistas estadounidense valoran positivamente el acuerdo, alegando que evitará una recesión en ese país. Pero muchos consideran que la economía se debilitará de todas formas, sobre todo por la supresión de la reducción introducida hace dos años de las contribuciones sociales, que supondrá una carga para el crecimiento.

Precisamente, esa posibilidad de una recesión de la economía norteamericana es lo que ha mantenido al mundo en alerta estos últimos días. Y Ecuador no ha sido la excepción. El catedrático Carlos de la Torre explica que el primer punto que hay que ver es si las medidas aprobadas cerrarán el abismo o, a pesar de ello, se llegará a una recesión, lo que podría impactar al Ecuador.

“La reducción de los programas de asistencia social, con algunos cambios a la seguridad social, no tienen incidencia en el consumo. En cambio sí el alza de impuestos. Se especula que una reducción de la demanda estadounidense reduciría el consumo de petróleo. Pero eso no es así, ya que, al ser un producto de primera necesidad para EEUU., aún en recesión no bajaría su compra”.

Quizás, el impacto que sí habría, según De la Torre, sería en otros productos de exportación que consume la clase media, como el camarón, las flores, el atún... “En el caso de que sus ingresos se vean reducidos, podrían dejar de consumirlos porque no son de primera necesidad. Pero no veo que eso suceda, ya que todo depende de cuan posicionados están los productos ecuatorianos, las preferencias de los consumidores, etc. “.

El analista Pablo Dávalos comparte esa visión y cree que, en esta ocasión el Ecuador no estornudará. “Los países de América Latina están bien protegidos, porque exportan ‘commodities’ (materias primas), que son bienes sin valor agregado cuya elasticidad y precio frente a los movimientos de la demanda no son importantes. En el caso del petróleo, es un producto que no depende de la oferta y la demanda. Así que no habría impacto en el país”.

Adicionalmente, las medidas que se tormarán en EE.UU. están dirigidas particularmente a las clases sociales altas. La clase media no sentirá un ajuste en sus cuentas y, por eso, es lejano la posibilidad de un impacto. A no ser, como añade Dávalos, que una recesión llegue muy fuerte.

Los principales puntos del acuerdo

Los estadounidensescon ingresos anuales mayores a USD 400 000 y las parejas con más de USD 450 000 tendrán que pagar más impuestos. Para ellos, la tasa aumentará del 35 al 39,6%. En los rendimientos de capital y dividendos, quienes ganan más pagarán un 20% en lugar del 15% que rige actualmente.

Barack Obama quería subir los impuestos a partir de USD 250 000 anuales, pero los republicanos se opusieron a aprobar esa medida. Para todos los demás grupos de ingresos continuará rigiendo la tasa fiscal rebajada aprobada hace una década (15%). Ese era un objetivo declarado de los dos partidos, que quieren evitar un incremento de impuestos para la clase media.

Se suprimirá la reducción de las contribuciones sociales en dos puntos porcentuales introducida hace dos años, lo que restará recursos en torno a los USD 1 000 al año a una familia de ingresos medios.

Se incrementará el impuesto a las herencias. Para aquellas superiores a los USD 5 millones se fijó una tasa del 40% en lugar del 35% actual. Obama quería gravar las herencias por encima de los 3,5 millones con un 45%, pero debió ceder en este punto para lograr consenso en otros aspectos que le interesaban.
Todos los funcionarios
públicos y diputados renunciarán, al igual que en los pasados años, a subidas salariales. La administración de Obama había levantado en un principio ese congelamiento salarial.

Los desempleados seguirán recibiendo subsidios estatales por un periodo prolongado, con lo que se evitará que aproximadamente dos millones de estadounidenses sin trabajo pierdan ese respaldo al comenzar este año. Asimismo, la mayoría de los beneficios fiscales para familias de menores ingresos se prolongarán durante otros cinco años.

El acuerdo logrado por el Gobierno y el Congreso prolonga hasta septiembre medidas legislativas que conciernen al sector agrícola, con lo cual pospone durante nueve meses el “abismo de los lácteos”.

Estas medidas no subirán el techo de deuda estadounidense, algo que deberá decidir el Congreso en los próximos dos meses para que el Estado pueda continuar pagando.
 
Fuente: El Comercio

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