El Comercio: Tragedia marina moviliza a militares
Jacinto
Hernández sintió la fuerte explosión, seguida de una nube de humo que alcanzó
100 metros de alto. "Eran las 13:30 (del martes) cuando la casa flotante
de la Marina comenzó a hundirse", relata este pescador de la parroquia
ecuatoriana de Palma Real, cantón San Lorenzo (fronterizo con Colombia).
Ayer, a las
11:00, Hernández llegó en una lancha. Allí relató a los marinos cómo la
estructura de metal de la denominada Estación Guardacostas Móvil (EGM), lago
Cuyabeno, explotó, cayó de costado y se hundió. "Sonaba la alarma. Varios
vecinos tomaron lanchas para auxiliar a los militares. Luego llegaron los botes
de la Armada".
Desde enero
del 2012, la EGM se instaló en este brazo de mar, (de aproximadamente 800
metros) que separa a Palma Real de Candelillas de la Mar, un poblado Colombia.
Así lo decidieron el Comando de Guardacostas de la Armada Nacional y la
Dirección Nacional de Espacios Acuáticos, para combatir el tráfico de
combustibles, drogas y el robo de motores fuera de borda que se denunciaban en
zona fronteriza.
En el lugar
hay canales cubiertos de manglares. El año anterior, por ejemplo, allí se
capturaron 389 kilogramos de drogas y 16 196 galones de combustibles que se
movilizaban ilegalmente por la frontera, según las Fuerzas Armadas.
En el
incidente del martes último murió el marino Danilo Manzano Fuentes. La mañana
de ayer, su cuerpo llegó a la Base Naval Sur de Guayaquil. Allí, la Armada
instaló una capilla ardiente, frente a las embarcaciones de patrullaje.
Al lugar
asistieron familiares, compañeros y oficiales. A las 14:00, el féretro partió
con una delegación de la Armada hacia el cantón Montalvo (Los Ríos) de donde
era oriundo el marinero.
Manzano
laboraba en Guayaquil desde que se graduó. Estaba asignado temporalmente a la
base flotante de San Lorenzo como cocinero. El jefe de Comando de Guardacostas,
Carlos Rivera, indicó que el informe forense determinó que el uniformado no
falleció por quemaduras provocadas por la explosión en el lugar, sino por
contusiones en la cabeza y por un corte profundo en un brazo. Esto hizo que
perdiera sangre.
La Armada
también confirmó que están desaparecidos tres civiles: Miguel Andrade, Gabriel
Sancán y Francisco Huacón. Hasta el cierre de esta edición aún no se los
ubicaba. Ayer, iniciaron las tareas de búsqueda. Seis lanchas, 20 buzos y un
helicóptero trabajaban en la tarea. Tras un viaje de 40 minutos, desde el
Batallón de Infantería de Marina San Lorenzo, los militares llegaron por agua
al lugar donde ocurrió la tragedia.
Douglas
Campos, comandante de la unidad militar, advirtió que estaba prohibido dar
declaraciones en torno al accidente.
La mañana
de ayer, dentro del agua solo se observaba una esquina del techo del EGM y las
antenas de radio. La Estación Guardacostas Móvil es una estructura de metal y
concreto, de 175 metros cuadrados y 420 toneladas de peso. La Armada del
Ecuador instaló tres de estos puertos de vigilancia en Guayas, Manabí y
Esmeraldas. La que se hundió estaba ubicada en esta última provincia.
De acuerdo
con la versión oficial, en el momento de la explosión habían 26 personas en la
nave: 14 infantes de Marina, un oficial, seis tripulantes del Subcomando de
Guardacostas y 5 civiles, que realizaban trabajos de mantenimiento.
Un militar
contó que los desaparecidos habrían sido contratados para reparar las paredes
del EGM.
Las
estaciones guardacostas móviles, que poseen tecnología estadounidense fueron
ensambladas en el Comando Guardacostas de la Armada. Están equipadas con un
sistema de radar y equipos (HF, VHF y Satelital). Estos aparatos, situados en
el tercer piso, podían recibir y emitir comunicados inmediatamente con el
Comando de Operaciones Norte-Esmeraldas.
El primer
piso servía como bodega y un dormitorio extra. Además, hay un compartimiento
sumergido en donde se almacenaba el combustible. Ayer durante el rescate se
colocó una barrera absorbente, para recoger el combustible derramado sobre el
agua.
Según
Richard Villacís, técnico del Puerto de Balao, el EGM tiene capacidad para
almacenar 40 metros cúbicos de combustible, que servían para abastecer a las
lanchas que patrullan la frontera. Pero, aseguró, que la nave accidentada tenía
la mitad. La Comisión Investigadora de Accidentes llegó al lugar para analizar
las posibles causas de la explosión.
Fuente: El Comercio
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