Colombia
le puso candado a la Amazonía
La
noticia de la semana pasada en el sentido de que el Parque Yasuní, una de las
joyas ambientales de Ecuador, estará abierta a la exploración petrolera, causó
gran desilusión en varios rincones del mundo.
Hace unos años, el presidente Rafael Correa ofreció mantener intacto ese parque y dejar su enorme riqueza natural y a sus comunidades indígenas muy lejos de los intereses de la industria. Mientras que Correa hacía este anuncio, se conoció que el presidente Juan Manuel Santos ampliará de 1,5 a tres millones de hectáreas el Parque del Chiribiquete, en la Amazonía colombiana profunda.
De ser así, el área protegida se convertiría en una de las más grandes del mundo, con una superficie similar a la de Holanda, y blindaría esa vasta extensión de selva de cualquier interés económico.
La
propuesta ecuatoriana
Con
el proyecto Yasuní, Rafael Correa propuso hace unos años en la plenaria
de Naciones Unidas un trato simple. Según él, como el mundo necesita el
oxígeno, el agua y la estabilidad climática que proporciona la selva, alguien
debería pagar por conservarla.
Por eso, el Presidente ecuatoriano ofreció no realizar la gigantesca explotación petrolera a cambio de que la comunidad internacional le pagara la mitad de los 7.000 millones de dólares que ganaría su país si lo hiciera. Esa propuesta fracasó y esta semana el sueño de Yasuní, que habría sido histórico en la lucha contra el cambio climático, quedó en el olvido.
La
propuesta colombiana
También
en una conferencia de Naciones Unidas, Santos hizo un anuncio parecido. El año
pasado en la Cumbre de Río+20, en Brasil, el mandatario anunció que su gobierno
había decidido doblar la superficie del parque natural más grande de Colombia
y, más de un año después, se cumplió la promesa.
Las razones que se aducen para ampliar el Chiribiquete apuntan a lo histórico y a lo científico. El primer argumento es que Colombia tiene la porción mejor conservada de la Amazonía, pues en la década de 1980 consolidó el sistema de áreas protegidas más ambicioso de la región.
Comparaciones
Lo
anterior hace que más del 80 % de la selva sea parque natural o resguardo
indígena, dos figuras que han blindado la entrada de actividades económicas en
ese lugar. Sin embargo, la parte norte de la Amazonía, por el departamento de
Caquetá, no tiene esa protección, y la agricultura y la ganadería la han vuelto
la zona más deforestada del país.
"Aquí una vaca puede tener dos hectáreas", confiesa el gobernador del departamento, Víctor Ramírez. Si el Chiribiquete se ampliara, sería una poderosa cuña entre la potrerización y la selva virgen.
Subsistencia
Para
el segundo argumento, se toma la posición de Martin von Hildebrand, del
proyecto Amazonas 2030, quien asegura que todos los estudios de proyecciones
del cambio climático demuestran que, de la totalidad de la selva, la parte de
Colombia es la que tiene mayor chance de subsistir, por su ubicación
geográfica.
"Más del 90 % de ese parque está prácticamente intacto", señaló Julia Miranda, directora de Parques Naturales, quien ha liderado desde hace varios años el proceso de su ampliación.
El paraíso
En
la antigüedad, los indígenas karijonas creían que el mundo y la humanidad se
habían creado en la Serranía del Chiribiquete. Miles de años después, un
estudio científico demostró que ese enclave en la Colombia profunda registraba
la presencia del ser humano más antigua de Latinoamérica. Aunque su importancia
arqueológica y natural es inmensa, casi nadie sabe siquiera que este territorio
existe.
Ubicación
La
Sierra de Chiribiquete se encuentra entre los departamentos de Guaviare y
Caquetá, en la zona amazónica colombiana. Adicionalmente se puede representar el
lugar en tres regiones: el macizo norte, donde se presentan las mayores
elevaciones (820-840 m); el macizo central, con alturas que oscilan entre 350 y
600 m y finalmente las Mesas de Iguaje, cuyas alturas no sobrepasan los 400 m.
Una muralla histórica
Uno
de los argumentos que justificó su expansión es que esta área de reserva se
vuelve una muralla para proteger la zona mejor conservada del Amazonas
colombiano, que según Martín von Hildebrand, director de la fundación Gaia,
tiene las mayores posibilidades de sobrevivir al cambio climático y a la
pérdida de recursos naturales entre los terrenos amazónicos que se extienden
por nueve países del continente. “De ahí la importancia de mantenerla intacta”,
explica.
Por otra parte, en sus altas montañas con paredes verticales, algunas con más de 1.000 metros, hay un estimado de 200.000 muestras de arte rupestre que han perdurado por siglos. Según Carlos Castaño, exviceministro de Ambiente y actual director científico de la fundación Herencia Ambiental Caribe, fueron creados hace 19.500 años, aún tienen una calidad gráfica excepcional y son vestigios de procesos ceremoniales de comunidades primitivas.
De todos modos, según los estudiosos, de la tierra de los karijonas depende en gran parte la sostenibilidad del planeta. El Chiribiquete es la puerta de entrada a la Amazonía, el bosque más grande que le queda al planeta.
Una señal para el mundo
Para
la directora de Parques Nacionales de Colombia, Julia Miranda, el Chiribiquete
“es una señal muy importante para el mundo”. Hace unos días el presidente de
Ecuador, Rafael Correa, anunció que abriría el Parque Yasuní, en la Amazonia de
su país, a la exploración petrolera. Correa había ofrecido a la comunidad
internacional no ofertar ese lugar a cambio de que Ecuador recibiera la mitad
de los 7.000 millones de dólares que ganaría si adelantara un proyecto de
hidrocarburos.
“El mundo nos defraudó”, dijo el Presidente ecuatoriano al comunicarle al país el fracaso de ese proyecto. Coincidencialmente, Santos decidió con la ampliación del parque enviar otra señal. Y concluyó su discurso sobre el anuncio del Parque Chiribiquete, diciendo: “Un día como hoy me siento privilegiado al haber sido escogido como Presidente de la República, porque puedo tomar decisiones muy importantes, trascendentes como ésta”.
Todo
un patrimonio
En
el Parque Chiribiquete se han reportado 300 especies de aves, 72 de
escarabajos, 313 de mariposas, 261 de hormigas, seis especies nuevas de
libélulas, siete de primates, tres de nutrias, cuatro de felinos, 48 especies
de murciélagos, dos de delfines, 60 de peces y más de 30 tipos de cobertura
vegetal.
Por eso, la reserva está postulada para entrar al Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Punto
especial
Chiribiquete
es considerado punto neurálgico en el poblamiento de América del Sur, lo cual
se estableció gracias a varias expediciones antropológicas que han descubierto
en sus montañas gran cantidad de pictogramas. En más de 36 abrigos rocosos de
diferente tamaño y ubicación, se han identificado más de 200.000 dibujos, que
conforman el mayor hallazgo de pictografías amazónicas. Karijona, que habitaba
esta región, fue diezmada por la explotación cauchera de los años 30 por parte
de la compañía de la casa arana ubicada en La Chorrera (departamento del
Amazonas). Actualmente se realiza un proceso de conservación llevado a cabo por
el Ministerio del Medio Ambiente colombiano, por medio del sistema de parques
nacionales, lo que ha permitido crear el Parque Nacional Natural Sierra de
Chiribiquete.
El Dato
La reserva natural de Chiribiquete pasó a ser la más grande de la Amazonía, con un total de 2’782.353
Mi opinión
en 30 segundos
Diana Castellanos
Trascendencia
Internacional
Diana Castellanos es directora de la territorial Amazonía de Parques Nacionales de Colombia.
Fue hace tres años, a través de la territorial Amazonia de Parques Nacionales, que emprendimos la gran idea de extender el margen de áreas protegidas del Chiribiquete. En esta travesía lo más difícil fue la falta de recursos para investigar más a fondo y el difícil acceso a zonas como el Bajo Caguán, en la parte occidental del Parque, que nos tocó sobrevolar. Lo que ves desde arriba es una sabana de bosques impresionante, en perfecto estado de conservación. La decisión de la ampliación tiene una trascendencia nacional e internacional enorme: el Chiribiquete ha sido por milenios el centro de culturas amazónicas, no sólo de Colombia, sino de Brasil y Perú. Además, es un corredor que conecta a los Andes con la Amazonía.
Fuente: La Hora
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